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Informe.30 - Cooperacion por la supervivencia

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El  matarife se queda sorprendido, pues el chico se recupero del daño más rápido de lo que debería. Joan sonríe con esperanza, sonrisa que desaparece al pensar que, ahora que puede, ha de colocarse la pierna en su sitio y sanarse con reiki lo más rápido posible.

- “¡¡CUANTAS VECES MÁS PENSAIS INTERRUMPIRME EN MITAD DE LA MATANZA!!”

Jesperson se zafa del agarre y salta hacia atrás, tomando distancia para evaluar la situación, Joan toma un trapo liado sobre un palo y se lo mete en la boca, y con un sonido sordo recoloca la pierna en su sitio.

- “Bien… se acabo el juego ¡¡VEN CON TODO!! ¡¡A VER QUE PUEDES HACER!!”

Takamasa respira hondo y un extraño viento comienza a correr del exterior hacia Takamasa. El matarife observa atento, sabe que si se acerca sin cuidado sería un grave error. Los pelos del all-kiimiya comienzan a ondularse por el viento y su mirada siempre cálida y profunda, ahora mostraba un gran sentimiento de ira.

- “Mi maestro siempre me decía que no debía guardarme nada para mi, que encontrara el modo de expresar mis sentimientos para desahogarme, es por eso que me dedique a la música” Dice Takamasa mientras, los músculos de su cuerpo se tensan.

- “¡¡VAYA QUE INTERESANTE Y ¿QUE VAS A HACER? ¿MATARME DE SUEÑO CON UNA NANA?!!”

Takamasa parece desaparecer, debido a su tremenda velocidad, y golpea de improviso a Jesperson, en la cara.

- “Te pienso machacar…” Dice el joven all-kiimiya con una mirada que haría helar la sangre del más valiente.

El matarife cae al suelo con la cara marcada con el puño del chico, y comienza a moverse lentamente, tratando de incorporarse.

- “Que… rápido eres…” Dice Jesperson escupiendo sangre y un par de dientes rotos.

- “La velocidad es peso, y al impactar se traduce en fuerza”

El matarife lanza varios cuchillos, de modo de que si trata de esquivar uno iría directo a uno de los otros, pero Takamasa no hace nada por esquivarlos, y para uno de los cuchillos, mientras otro se le clava en la parte superior abdominal.

- “Eres un chico listo, viste la trampa y decidiste no moverte, pero… aun así yo preví esa posibilidad y lance otro cuchillo algo más bajo que el que iría a tu cabeza” Se jacta Jesperson mientras el chico mira el cuchillo clavado.

- “Soy algo más que rápido… y algo más que listo”

Takamasa se saca el cuchillo lentamente y la herida comienza a cerrarse conforme sale el arma. El matarife se queda atónito, el chico se había curado de manera instantánea, no podía entender cómo era posible. Una ansiedad se apodera de Jesperson y con gran nerviosismo se abalanza sobre Takamasa, el cual aprovecha para clavarle el cuchillo que se saco, pero este se funde a unos milímetros del traje del matarife, conforme trata de clavarse.

- “¡BUEN INTENTO PERO…!” Diciendo eso Jesperson trata un ataque desde arriba pero, Takamasa se adelanta dándole un veloz golpe imbuido en energía viento y plasma, creando una explosión de fuego, que le hace salir despedido.

El matarife cae al suelo con un gran golpe, pero aun así muestra una sonrisa de satisfacción, el traje no ha sufrido daños, y ahora las estrías entre sus fibras comenzaban a brillar.

- “¡Cuidado… con ese traje…!” Dice Joan antes de perder el conocimiento.

El pequeño Tulpa de Joan, seguía allí a pesar de que su yogui (maestra) no está consciente, comienza a atacar al matarife con una casi incesante oleada de viento a alta presión, cortando hasta el suelo de madera.

- “¡¡¡YA ESTÁ BIEN!!!” Jesperson de lanza atrapando al tulpa y acumulando toda le energía acumulada en el traje, reventando a la pequeña comadreja, mientras las fibras de su traje se apagan.

- “¡¡¡YA ESTOY HARTO… AHORA TE TOCA A TI!!!” El matarife se acerca al joven all-kiimiya con gran decisión con las manos abiertas, mostrando su pecho como en un ataque suicida.

Takamasa se ha percatado de que la energía que se usa sobre el traje, puede ser reutilizada por el enemigo, y que esa carga hace que las uniones entre las piezas del traje brillen, por lo que ahora que no lo hace, debería de estar seguro mientras no ataque a la superficie del traje.

Pero los pasos de Jesperson son muy pesados y fuertes, la tensión de sus cuerpo también aumentaba, este cambio en su modo de actuar, era premeditado, pues el traje también se podía cargar de energía con la tensión del cuerpo. Las fibras comienzan a brillar desde los pies y las manos hasta el torso, acumulándose en la zona centro del pecho. Y la cara del matarife mostraba una sádica satisfacción por lo que sea que estuviera planeando.

- “¡¡¡¿DE QUÉ TE RIES DESGRACIADO?!!!” Con un tremendo puñetazo entra en batalla el chico morgingi, haciendo que Jesperson se quede tumbado en el suelo.

- “Tú… también te has recuperado…”

- “Mientras estabas distraído con Joan, yo recupere la conciencia y use una de mis cremas para terminar de sanar a Ambolt. Solo era cuestión de tiempo que volviera en sí y se uniera a la lucha” Explica Takamasa mientras el matarife se levanta.

- “¡¡YA ME TENEIS HARTO DE QUE ME DEIS EN LA CARA!!” Dice el matarife mientras carga con dos cuchillos en las manos. Pero tanto Takamasa como Ambolt golpean un puñetazo directo al rostro de Jesperson.

- ““¡¡CON ESA SONRISA ES QUE DAN GANAS DE PARTIRTE LA CARA!!”” Dicen ambos compañeros al unísono.

- “Parece que estamos de acuerdo en algo”

- “¡¡¡No te equivoques, que yo quiera machacar a este… no significa que pensemos igual, yo jamás te perdonare que me quitaras a mi chica para luego despreciarla!!!”

- “¡¿Otro más?! ¡Yo no tengo nada que ver con eso, si tu chica se enamora de mi porque sí eso no significa que yo lo haya buscado! ¡¡¿Podemos centrarnos en el matarife y acabar con esto?!!” Al decir esto, se percatan de que el matarife ha desaparecido.

- “¡Ves ahora por discutir entre nosotros el enemigo ha …!”

La voz del al-kiimiya se apaga mientras un cuchillo le rebana la garganta, el chico cae al suelo mientras el cuchillo desaparece. Ambolt se pone en guardia pero en un segundo acaba sufriendo el mismo ataque que Takamasa. Ambos caen al suelo luchando por respirar ahogándose en su propia sangre.

- “Antes me quejaba de que matar era fácil, y ahora que paso de matar por la vía rápida, me lo ponéis tan difícil que deja de ser divertido”

El matarife observa como los dos jóvenes se desangran hasta quedar inconscientes, pero la herida del corte comienza a cerrarse esta vez con mayor lentitud.

- “No sé qué clase de droga se habrán tomado, pero aunque se recuperen de esa herida, ya tienen que tener los pulmones inundados de sangre. No se repondrán a esto… como de costumbre, el que sobrevive al final soy yo. Este es el fin del grupo de los Wild” Dice Jesperson girandose para salir del Dojo.

Mientras tanto Joan y patricia continúan inconscientes, siendo afortunadamente olvidadas por el oscuro asesino.
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